Acción directa contra el tabaco. El doble mensaje de la administración

El consumo de tabaco es uno de los principales problemas de salud pública en la mayoría de países, por sus consecuencias sanitarias en la población y los costes sociales y económicos que acarrea. “Las enfermedades provocadas por el tabaco causan en España la muerte de 50.000 personas al año entre los activos, y de 1.500 a 3.000 entre los pasivos y le cuestan a la sanidad pública 7.695,19 millones de euros” (El País, 09.01.2010)

El tabaco contiene más de 400 componentes químicos y es mortalmente venenoso. La nicotina es una sustancia adictiva, pero otros compuestos que le acompañan son, en realidad, más letales. Cuando un fumador se traga el humo, más de 4.000 sustancias químicas penetran en sus pulmones, entre ellas: acetona, plaguicidas, metales pesados, cadmio, arsénico y cromo, extraídos del suelo por la planta del tabaco. Algunas de estas sustancias son añadidas industrialmente para provocar mayor adición.

Los sistemas de defensa que funcionan en nuestro organismo cuando comemos, son burlados cuando se introduce humo en los pulmones. Lo que se quema en el cigarro pasa directamente a nuestro sistema respiratorio y circulatorio, las toxinas o veneno, que se desprenden, acceden a cualquier órgano.

Una calada a un cigarro provoca que el humo que aspiramos pase de los pulmones a la sangre, invadiendo todo el cuerpo y produciendo daños a todo el organismo.  El tabaco es la primera causa conocida de cáncer: boca, garganta, pulmón, riñón, páncreas, vejiga. Uno de cada cuatro cánceres se asocia al tabaco. Además de ser la causa de otras enfermedades, como bronquitis crónica o enfisema pulmonar.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que hay 1.100 millones de fumadores, lo que representa un tercio de la población mundial mayor de 15 años. A estos hay que añadir, los fumadores pasivos, entre los que se encuentran la mayoría de los niños. ¿Qué responsabilidad tienen las tabacaleras y su publicidad claramente engañosa? ¿Qué responsabilidad tenemos los movimientos sociales al no plantar cara con decisión a esta catástrofe humana y sanitaria?

El tabaquismo es una forma de drogodependencia, que con sus componentes adictivos y la manipulación psicológica de la publicidad condiciona el deseo de las personas, incluyendo niños y niñas y les moviliza como actores voluntarios y compulsivos de un hábito mortal, pero muy rentable para multinacionales y Estado.

 

El doble mensaje de la Administración.

Actualmente se puede fumar en restaurante y bares de menos de 100 metros cuadrados, el 80% del total, con lo que los efectos prácticos de la ley son muy limitados.

La intención de Sanidad es prohibir fumar en todos los lugares públicos cerrados, incluidos los bares y lugares de ocio.

La Comisión Europea aprobó en 2005 cuarenta y dos imágenes sobre los estragos que causa el tabaco en el organismo, para incluir en las cajetillas. España refuerza los actuales mensajes de Fumar mata con catorce de estas imágenes.

A pesar de lo contradictorio de atacar el tabaco y permitir su publicidad ingresando cuantiosos impuesto, nos sumamos a esta denuncia.